Despenalizan la marihuana, uy, qué locos, despenalizan la marihuana. Menos mal que, de ahora en más, pleno siglo veintiuno, nadie puede sentirse molesto de que un señor se fume un fasito en su domicilio sin joder a nadie. Menos mal que ayer, a un grupo de cráneos se les ocurrió legislar que las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios (si es que fuckingmente existe), y exentas por lo tanto de la autoridad de los magistrados, por lo cual, estos últimos pueden irse a la reverenda concha de su madre. Este último párrafo es agregado mío. De puro jodido que soy, debería ahora dejar la marihuana y comenzar a inhalar avena quaker; o cazar osos pandas; o hacerme sacerdote travesti; o algo así. Por qué no se van todos a la reputísima madre que los parió.
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