martes, 18 de octubre de 2011

CRITICA CINEMATOGRAFICA: RESCATANDO AL SOLDADO RAINMAN

Un soldado autista va a la guerra y se pierde. Mandan un pelotón a buscarlo pero él se quiere quedar. Los soldados y el capitán lo quieren traer a la fuerza, tironeándolo de los brazos pero el soldado Rainman se pone a llorar y a gritar y a golpearse la cabeza con su propia mano. Al final el capitán se cansa y lo manda a la concha de su hermana y lo deja solo, en territorio enemigo. Es muy emotivo y muy movilizador el monólogo que pronuncia el capitán Forrest Gump , con las pelotas por el piso en la escena final: “Vas a ver cuando vengan los alemanes, vas a ver. Te van a llenar el orto de explosivo plástico y después te van a hacer fumar un toscano, pedazo de otario”. Y se va. Yo en esa parte lloré. Es un verdadero canto a la vida. Un mensaje profundo, pleno de sincretismo; más aún, me atrevería a jurar que el director quiso sublimar ese sincretismo en un eclecticismo post neoliberal, prenupcial, y alikal. Todavía me acuerdo y se me pone la piel de gallina, se me pone.



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