jueves, 26 de noviembre de 2009

VEINTITRES A UNO

Al negro Fontanarrosa, con cariño.

-"Ayer a la tarde estábamos con el Ruso, el Rabo, los pibes de La Cueva, el Chingui y unos amigos del Charly y el Nano. Seríamos alrededor de doce o trece; habíamos ido al Club Náutico a morfarnos un asado. Después de la sobremesa, los amigos del Charly nos desafiaron a un partido de fútbol. Como éramos impares, un tal Beto dijo que iba a ser el referí; además no sé que problema tenía en una rodilla, aparte de estar más borracho que poeta en día de pago. Los pibes nos pegaron un bailongo increíble. Después del quince a cero, ya nadie llevaba la cuenta.

Lo peor del caso, es que nos empezaron a gastar y eso a mí no me gustó un carajo. Hacían piruetas muertos de risa: la bici, la rabona, la chilena, el escorpión; encima les salían bien y seguían metiendo goles. Debo reconocer en realidad que nuestro equipo era el que más drogado estaba. Y yo era el peor. Además del vino, el güiskito y el porro que nos clavamos en la sobremesa, yo me había mandado al orto una pepa yin-yang que había traído de Holanda; así que la pelota no la veía ni cuadrada. En un momento miré al cielo y vi una luna color celeste. A veces es común ver la luna en plena tarde, pero no de ese color. Me quedé parado en el área de ellos, mirándola unos instantes más, al cabo de los cuales escuché una voz que gritaba: "pegále, pegále!!!" Bajé la vista y en el transcurso de una fracción de segundo, vi algo blanco que me pasaba cerca de las patas. El grito no estaba dirigido a mí, y la pelota no era la pelota. Era en realidad el caniche toy de Cecilia Garraffa, la abogada, que se le había escapado y se había metido en la cancha a corretear por ahí. Todo eso lo supe mucho después. Mucho después de pegarle una patada como muy pocas veces se haya visto en la historia del fútbol amateur."

Iván interrumpió su relato, apagó el cigarrillo en el cenicero, bebió un sorbo de cerveza y movió la cabeza lentamente, de un lado al otro, como negando vaya a saber qué terrible desgracia.

-"¿Y qué pasó?!!!" -preguntaron dos o tres a la vez, desesperados por conocer el final de la historia.

-"Fue gol" - respondió Ivan muy tranquilo. Luego vació de un trago el resto de la cerveza, se limpió la boca con el dorso de la mano y agregó:

-"El referí también estaba colocado. Acuerdensé que, según la Fifa, las decisiones del árbitro son inapelables. Miren sino lo que les pasó a los irlandeses contra Francia.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Con estos libes a los all black les rompemos el culo! Porque no los convocan a estos chabones a jugar en los pumas? German