viernes, 22 de abril de 2011

UN CLARO EJEMPLO DE CÓMO CLARIN Y CABLEVISION FOMENTAN LA PIRATERIA

Hace mucho que no escribo. Estoy atravesando una etapa bastante extraña. Me paso la mayor parte del día infringiendo, con entusiasmo y esmero, las dos leyes más pelotudas del código penal: la que dice que no podés bajar películas de internet, y la otra que prohíbe fumar porro. Así que ahí ando, lo mas pancho, sin el mínimo asomo de remordimiento, mirando totalmente del tomate films de Chaplin, Terry Gilliam, Fellini o Bergman.

Lo que me llenó las pelotas fue que los putos de CABLEVISION me cortaban la transmisión de los canales Encuentro y TV pública cuando estaban por dar alguna película que incomoda al gobierno de EEUU o al sistema capitalista en general. Me pasó con "Fahrenheit 911", con "Abril de Vietnam en el año del Gato" y con montones de documentales que hablan de dictaduras latinoamericanas, de desaparecidos e incluso con el noticiero 6, 7 y 8. Esto me llevó a idear la siguiente solución: me compré dos discos rígidos portátiles de 2000 gigas y durante dos meses los fui cargando en internet con miles (no exagero) de films que me interesaban. Luego arranqué de un tirón, con alegría y alivio el cable de tv, enchufé el disco al puerto usb del reproductor de la tele, configuré el reproductor en random, y de ahora en más miro únicamente lo que se me canta el culo a mí. Es una sensación realmente placentera meterme en la cama, prender la tele, y dejar que el reproductor me sorprenda con la programación aleatoria de los miles de archivos que contiene, y que fueron previamente cargados por mí. Así que Cablevisión se puede ir a la reputísima madre que los parió.

Estas son algunas de las cosas que tengo en los discos:

Todo Chaplin, todo Monty Python, todo Leonardo Favio, todo Fellini, todo Pasolini, todos los capitulos de los Simpson, todo Bergman, todo Chachachá, todo Kieslowski, todo Greenaway, todo Buñuel, todo David Lynch, todo Narciso Ibañez Menta, todo Benny Hill, todo Mr. Bean, todo Terry Gilliam, todo Alberto Sordi, todo Marx Brothers, todo Capusotto, todo Olmedo, todo Pepe Biondi, todo Kiarostami, todo Michael Moore, todo Cronenberg, todo Nick Park, todo Jeunet et Caro, y decenas de documentales de Los Beatles, Deleuze, Cortazar, Borges, Stephen Hawking, Simone de Beauvoir, Marcus du Sautoy, Sartre, Sabato y mucho, pero mucho más.

Algún idiota me podrá reprochar tal vez que con mi actitud estoy contribuyendo a que los pobres productores de cine se queden sin trabajo. ¿De dónde van a sacar plata para seguir organizando orgías en sus mansiones de Hollywood? Qué se yo; que se busquen un trabajo decente. O que hagan como los choferes de carrozas o los que vendían velas en 1810: desaparecer y joderse. Es el progreso, quelevachaché; yo no inventé internet, ni tampoco los programas p2p. En todo caso, que vayan a quejarse a los hijos de puta de CLARIN, que en definitiva fueron los que empezaron; si me hubieran dejado ver las películas que yo quería, no se me hubiese ocurrido nunca convertirme en pirata.

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